domingo, 7 de octubre de 2012

Revocation - Teratogenesis



Artista: REVOCATION

Álbum: TERATOGENESIS

Estilo: Technical death metal / Thrash metal

Sello: Scion A/V

Fecha de publicación: 25 de septiembre de 2012

Nota: 9,5/10


Había escuchado algo de sus anteriores trabajos y su brillantez técinca era evidente, pero nunca fui un gran seguidor de REVOCATION, no habían conseguido engancharme; hasta ahora. “Teratogenesis” es un nuevo episodio en la historia de la banda, tan solo un año después de la publicación de su aclamado “Chaos Of Forms” y aunque en forma de EP, superior a cualquier cosa que haya hecho el cuartero hasta la fecha.

El asalto sonoro comienza con “The Grip Tightens”, toda una declaración de intenciones que entrelaza riffs machacones con brillantes solos y un pegadizo aunque a la vez enérgico estribillo; tema redondo para el inicio. Le sigue “Spurn The Outstreched Hand”, que aunque arranque disparando cual ametralladora, pasa a ser una canción basada en riffs muy rítmicos, con la banda completa ejecutando al unísono en muchos momentos, lo que otorga una potencia descomunal a los diversos fragmentos del tema. Otro bello solo deleita nuestros oídos, a la vez que el corte llega a su punto más melódico, antes de cerrar con la repetición de varios riffs ya presentes al principio de la canción.

De la mano de “Maniacally Unleashed” suenan los primeros blast beats del EP, a la vez que unos riffs de furia desatada nos golpean de lleno, provenientes del mismísimo infierno. Son los momentos más sobresalientes de la figura de Dubois a las baquetas, debido a las aplastantes líneas que emplea sin tomar respiro alguno. El solo del final es, de lejos, el más épico de todos, recordando por instantes al flamante “Autotheism” de THE FACELESS.

El tema que da título al trabajo es el más salvaje del mismo, ofreciéndonos un comienzo que calienta el ambiente con un riff de oscuras intenciones antes de pasar al que será sin duda el momento del moshpit en los conciertos. Tras intensificar más y más, llega el punto en que el primer riff de la canción se repite de nuevo, aunque esta vez respaldado por unos ferozes blast beats. Repiten estructuras antes de dar paso a un solo elaborado minuciosamente y que sirve de antesala al vasto y oscuro final de canción, realmente tétrico.

Bound To Reunite” no se queda corto y ofrece desde el primer segundo otro de los despliegues técnicos más complejos de la banda, ejecutando cada detalle a altísima velocidad aunque sin perder por eso la capacidad de enganchar al oyente con melancólicas melodías y solos ante los que no queda otra que quitarse el sombrero.

Y sin darnos cuenta, llegamos al final del EP y le damos al play nuevamente, ansiosos por volver a disfrutar con canciones de semejante calidad. Lo peor de todo, que solo son cinco, lo que nos deja con la miel en los labios, por lo que habrá que disfrutar al máximo esta increíble pieza musical y esperar con más ganas que nunca al próximo trabajo de la banda, porque madre mía, esta vez lo han bordado a las mil maravillas. Enhorabuena.


Componentes:
David Davison - Voz principal y guitarras
Dan Gargiulo - Guitarras y voces
Brett Ramberger - Bajo y voces
Phil Dubois-Coyne - Batería


Tracklist:
01. The Grip Tightens
02. Spurn The Outstreched Hand
03. Maniacally Unleashed
04. Teratogenesis
05. Bound By Desire



Autor: Mikel Yarza

martes, 2 de octubre de 2012

King Of Asgard - ...To North



Artista: KING OF ASGARD

Álbum: ...TO NORTH

Estilo: Folk/Black/Death metal

Sello: Metal Blade Records

Fecha de publicación: 27 de julio de 2012

Nota: 7/10

Dos años después de su estreno discográfico “Fimbulvintr”, los suecos KING OF ASGARD vuelven a la carga con un nuevo álbum de estudio, esta vez bajo el título de “...To North” y en el que han apostado por la fórmula segura tanto musicalemente como en temas de producción, en los cuales han vuelto a contar con la colaboración del aclamado guitarrista Andy Laroque.

Tras la intro “Onset Of Ragnarok”, que traslada nuestras mentes a un campo de batalla, comienza “Nine Worlds Burn”, canción apocalíptica cimentada en riffs muy blackmetaleros, con la batería atronando desde el primer momento a base de blast beats y ritmos con bombos desenfrenados, a los que se une la voz en los momentos más precisos para dar mayor pegada al corte. Sorpende la inclusión del canto femenino en la sección central, prácticamente calcado al que inicia el tema “Last Journey” de su anterior disco.

Las siguientes en sonar son “The Dispossessed” y “Gap Of Ginnungs”, que a pesar de tener pequeñas diferencias entre sí como voces corales o solos pausados y melancólicos, se basan en vastos medio tiempos que incitan al headbanging constante y recuerdan notablemente al característico estilo de AMON AMARTH. Mientras tanto, “Bound To Reunite” y “Nordvegr” retoman la velocidad aunque con espacio para los riffs más pausados, en los que el desarrollo de melodías de guitarra consigue tener una mayor cabida.

Aunque “Up On The Mountain” sea probablemente el corte más elaborado del plástico, con subidas y bajadas de intensidad e interesantes variaciones de riffs, llegamos al momento en que el CD y la propuesta de la banda empieza a decaer. Si valoraramos los temas indivualmente la impresión no sería para nada negativa, pero tras escuchar ya cinco canciones nuestros sentidos perciben la repetición y estancamiento en la música de la banda, debido también en gran medida a la extensa duración de las canciones.

Así, el resto de temas en cuestión no aportan novedad alguna al conjunto del CD, resultando cansinos en una escucha global, aunque sin dejar por eso de ser buenas canciones, en las cuales podemos encontrar riffs y matices brillantes, llenos de épica y sentimiento, mención especial al tema instrumental que da título al disco. Llegados a este punto, cabe resaltar otro de los asuntos claves de esta banda, que aunque etiquetada popularmente como viking metal, centra sus canciones, como ellos mismos dicen, mucho más en riffs con toques de folk fusionados con el black y el death metal, sin llegar a adoptar ese sonido genérico del viking metal propiamente dicho.

En resumidas cuentas, KING OF ASGARD ha realizado un gran avance en su trayectoria, ya que el nuevo material suena mucho más compacto, fresco, pegadizo... definitivamente, mejor. El álbum está bien trabajado, aunque como he mencionado antes, peca de excesiva linealidad, a lo que si además añadimos que en directo mezclarán los nuevos temas con los del primer disco, podríamos estar frente a una actuación realmente aburrida. Tocará ampliar un poco más tanto las vertientes musicales como la manera de estructuras los temas para seguir creicendo como banda en futuras publicaciones, aunque para el oyente que solo busque escuchar algo típico del género y nada más no esta mal!

Componentes:
Karl Beckmann - Voces y guitarras
Lars Tängmark - Guitarras
Wes Hauch - Guitarras
Jonas Albrektsson - Bajo
Karsten Larsson - Batería


Tracklist:
01. Onset Of Ragnarok
02. Nine Worlds Burn
03. The Dispossessed
04. Gap Of Ginnunngs
05. Bound To Reunite
06. Nordvegr
07. Up On The Mountain
08. Plague-Ridden Rebirth
09. Harvest (The End)
10. ...To North
11. Vinterskugge



Autor: Mikel Yarza

martes, 4 de septiembre de 2012

The Faceless - Autotheism


Artista: THE FACELESS

Álbum: AUTOTHEISM

Estilo: Technical death metal / Progressive metal

Sello: Sumerian Records

Fecha de publicación: 14 de agosto de 2012

Nota: 10/10

El impresionante “Planetary Duality” de 2008 ya se antojaba muy lejano y todo seguidor de la banda ansiaba un nuevo trabajo... Bien, pues cuatro años ha sido el tiempo que ha habido que esperar para que Michael Keene y compañía publicaran un nuevo disco de estudio bajo el nombre de THE FACELESS. Y lo digo de esta manera porque desde su anterior trabajo la banda se ha transformado casi al completo, siendo el tan mencionado guitarrista (ahora también con un gran peso en las voces) y el batería Lyle Cooper los únicos miembros que continúan al frente. Esto, en parte, hacía presagiar todo tipo de incertidumbres y preguntas acerca de la banda, hasta el punto en que todo era una incógnita hasta que los adelantos del álbum y su consecuente material de promoción fueron publicados. A pesar de todo, la espera ha merecido la pena... y mucho.

El disco comienza con “Autotheism Movement”, divido en tres fragmentos: “Create”, “Emancipate” y “Deconsecrate”. Desde el principio la banda deja muy claras sus intenciones y muestra su apertura de estilo que se preveía con los mencionados adelantos, en los cuales pudimos apreciar partes con voces limpias predominando en las canciones, como sucede en “Create”, con una introducción idónea para los conciertos y que mantiene durante todo el corte ese parecido a OPETH que seguirá presente a lo largo de todo el plástico. Cabe mencionar que esta es la diferencia mayúscula que la banda ha aportado a su sonido, algo que aunque se dejara ver en sus anteriores discos por momentos, no estaba tan presente como ahora. No obstante, “Emancipate” sube el pistón y el grupo se adentra en el apartado puramente deathmetalero, dando paso a los primeros blast beats y riffs de altísima exigencia técnica. Tras un parón y el quejido de varios bebés sonando a la vez, la música vuelve mediante un riff con la banda al unísono que da paso a una nueva entrada de las voces limpias de Michael Keene, respaldado esta vez por blast beats de batería, algo inusual, pero realmente brillante si escuchamos el resultado obtenido. Todo vuelve a calmarse por un instante y escuchamos un bellísimo solo de guitarra que precede a uno de los riffs más repétidos en la canción, de tempos y armonías muy progresivas. Al final del tema vuelve a sonar el riff base de “Create”, del que se valen además como sección rítmica para uno de los mejores solos de todo el trabajo. Resulta pasmoso apreciar la rapidez y maestría con la que los riffs y un sinfín de detalles van y vienen en una sola canción de la banda. Esto es música para deleitarse, canciones que puedes escuchar una y otra vez sin dejar de sorprenderte por la inmensa calidad que atesoran. El comienzo de “Deconsecrate”, tanto con el solo como con la entrada de las voces limpias nos hace recordar de nuevo tanto a OPETH como a CYNIC inevitablemente, aunque dicha sensación se esfuma en el mismo instante en que la brutalidad se apodera del grueso de la canción, volviendo a la complejidad rítmica y las voces guturales. La banda incluye aquí una frase en latín, justamente para la parte más coreable y orquestal, con las palabras “Deus est mortuus, lociga obtinet” o lo que es lo mismo: “Dios está muerto, tiene lógica” y que también se repite al final de la canción. Lyle Cooper se mantiene inmenso en todo momento a las baquetas, realizando ritmos y breaks a la velocidad de la luz, aunque el punto a resaltar de la canción es sin duda el solo de saxofón, esto sí, realmente inusual en cualquier banda de metal y que nuevamente deleita nuestros oídos, al igual que el posterior solo de guitarra, maravilloso.

Tras “Autotheism Movement”, “Accelerated Evolution” es el primer tema individual del plástico, atacando al principio mediante un medio tempo feroz que llega a su punto álgido con el cósmico riff que suena justo después de las primeras voces limpias. Aunque la base de la canción no es tan veloz esta vez por parte de la batería, el espacio en el que se mueven las guitarras varía en cuestión de segundos de medios tempos a velocidades extremas, lo que combinado una vez más con los riffs más progresivos y jazzies resulta en un tema completísimo, al alcance de mentes privilegiadas compositivamente.

The Eidolon Reality” comienza seguidamente, sin apenas tomar respiro. Las voces guturales sirven para acentuar y reforzar los primeros riffs que suenan cual volcán en erupción, para en seguida dar paso al estribillo con voces limpias, uno de los más pegadizos compuesto por la banda hasta ahora. Al retomar la brutalidad, ejecutan un riff polirítmico de gran complejidad y que exige a cada miembro del grupo aplicarse al máximo para obtener esa excelencia sonora conjunta. Repiten el mismos patrón de riffs tres veces aunque intensificando los tempos en cada una hasta tocar techo y dar paso de nuevo al melódico estribillo y un solo en la misma línea.

El comienzo de “Ten Billion Years” es otro de los momentos más épicos de todo el CD, con esos gritos de “I am the alpha, I am the omega” acompañados por una instrumentalización sinfónica y realmente terrorífica, aunque no tardan en proceder a los predominantes trazos técnicos, basados constantemente en los devastadores ritmos de piernas y manos de Lyle Cooper. Aunque esta vez con un mayor parecido a DREAM THEATER, las voces limpias cuadran nuevamente a las mil maravillas con el resto de partes que las rodean.

Tras “Hail Science”, breve interludio que no consiste en más que una frase recitada del aclamado científico Stephen Hawking, la banda vuelve con la pieza más frenética de todo el trabajo. Aunque apenas dure minuto y medio, “Hymn Of Sanity” es una locura auditiva compuesta por los riffs más brutales y desenfrenados que te puedas imaginar.

Y como postre final nada más y nada menos que “In Solitude”, un señor temazo de principio a fin. Comienza con unas cuidadas acústicas y voces limpias para ir progresando en intensidad y épica, mediante brillantes armonías de guitarras y acertados ritmos de batería que hacen que crezca adecuadamente hasta el centro de la canción, donde llegamos al estribillo con blast beats y voces limpias y guturales a la vez. Del mismo modo, es una de las pocas ocasiones en que cogen una extensa parte de la canción y la repiten tal cual instrumentalmente, dando el cierre de la forma más épica posible con el estribillo.

Definitivamente, este es el mejor disco de metal que ha pasado por mis oídos en lo que llevamos de 2012. Un trabajo con el que la banda sobrepasa las barreras que actualmente la gente ansia poner a los grupos etiquetándolos y enjaulándolos en este estilo o el otro. Pero más allá de esto, “Autotheism” es una auténtica obra de arte, una exquisita combinación del death metal más bruto con las melodías más cuidadas y memorables, al igual que una impresionante demostración de la técnica individual de cada uno de los componentes de la banda y una capacidad creativa al alcance de muy pocos. ¡Chapeau!

Componentes:

Geoffrey Ficco - Voces guturales

Michael Keene - Guitarras y voces limpias

Wes Hauch - Guitarras

Evan Brewer - Bajo

Lyle Cooper - Batería



Tracklist:

01. Autotheism Movement I: Create

02. Autotheism Movement II: Emancipate

03. Autotheism Movement III: Deconsecrate

04. Accelerated Evolution

05. The Eidolon Reality

06. Ten Billion Years

07. Hail Science

08. Hymn Of Sanity

09. In Solitude



Web oficial: http://www.facebook.com/thefaceless


Autor: Mikel Yarza

martes, 21 de agosto de 2012

Testament - Dark Roots Of Earth


Artista: TESTAMENT

Álbum: DARK ROOTS OF EARTH

Estilo: Thrash Metal

Sello: Nuclear Blast

Fecha de publicación: 27 de julio de 2012

Nota: 8,7/10

Tras un largo parón de nueve años sin publicar ningún trabajo de estudio debido a diversos problemas en la banda, TESTAMENT volvió a estar al pie del cañón con la salida de su disco de “retorno” en 2008, “The Formation Of Damnation”. La banda se sumó a la fiesta del tan hablado renacimiento del thrash, con el resto de bandas compañeras haciendo lo propio y dando magistrales lecciones de cómo se hace esto a las jóvenes emergentes que de la misma manera estaban reviviendo el género. Cuatro años más tarde, el quinteto nos regala “Dark Roots Of Earth”, otra joya exqusita, con nueve cortes que no tiene desperdicio y son buena muestra de la tremenda habilidad de Eric Peterson, Chuck Billy y compañía de hacer buenas canciones.

Rise Up” abre el disco con un oscuro riff a medio tempo que va intensificándose hasta la entrada de la voz. Chuck Billy hace su primer acto de presencia con tonos agudos, muy reconocibles en el estilo de la banda, mientras que una parte apoyada en el ritmo de timbales de batería precede al pegadizo y a la vez aplastante estribillo en el que se suman el resto de las voces de la banda para hacer los coros. El primer solo no tarda en llegar, y podemos gozar de un espléndido Alex Skolnick, sonando pletórico en todo momento bajo la veloz parte rítmica. Después de esto vuelta a las frases anteriores y al estribillo para cerrar un grandioso tema de arranque.

La siguiente en sonar es “Native Blood”, del cual se han servido para realizar el primer videoclip correspondiente al nuevo álbum. Al igual que “Rise Up”, se basa en un sendo medio tempo aunque se convierte a posteriori en un corte más melódico, tanto por parte de las guitarras como de la voz. Sorprendente la inclusión de blast beats junto a riffs altamente melódicos, todo lo contrario a lo que acompañan estos ritmos normalmente. El solo es esta vez algo más corto y pausado, pero brilla por luz propia nuevamente.

El tema que da título al disco ahonda aún más en el apartado melódico, dejando de lado por un rato la agresividad para realizar un tema más cálido que llega a su punto más enérgico en el estribillo, aunque siempre manteniendo la melodía como atractivo principal.

True American Hate” es a título personal, la mejor canción del plástico. Tras un comienzo que recuerda inevitablemente a “1.000 Eyes” de DEATH, retoman la tralla con ritmos frenéticos aptos para el mosh. Gene Hoglan destaca nuevamente con sus blast beats antes del triunfal estribillo, de esos que se te quedan grabados en la cabeza, brutal. La banda repite una vez más la misma estructura y el primer riff de la canción antes de deleitar nuestros oídos con el extenso solo, probablemente también el mejor del álbum. Tras esto, repiten una última vez la misma estructura de voz-puente-estribillo, logrando que al llegar al final de la canción ya tengamos sus melodías aflorando en nuestra mente.

El bajo de Greg Christian nos introduce en “A Day In Death”, un tema diferente, basado más que las anteriores en melodías dobladas de guitarra y licks que acompañan a las voces, además de largos breaks y parones de batería, dandole más variedad. Chuck Billy también ejerce un papel de gran peso en este tema, moviéndose por tonalidades diferentes constantemente y otorgándole dicha riqueza sonora.

Cold Embrace” es uno de los puntos destacados del disco. 20 años después de que lo hicieran por última vez en “The Ritual”, la banda nos regala una nueva y sentida balada, que roza además los ocho minutos y es masgistralmente desarrollada mediante los cambios de intensidad a lo largo del tema. Toda una muestra de la versatilidad del quinteto.

Esto no obstante, es la excepción del CD, y con “Man Kills Mankind”, el grupo retoma la rabia y los ritmos clásicos en un tema que fluye con facilidad de principio a fin por su frescura y simpleza, siguiendo la línea estructural fijada anteriormente y que predomina a lo largo del trabajo. Precisamente “Throne Of Thorns” es otra de las excepciones en lo que se refiere a estructura, desarrollando esta vez un esquema más progresivo, y siendo junto a la balada, el tema que más se diferencia del conjunto del disco. Cabe mencionar que este corte está inspirado en la serie de televisión “Game Of Thrones”, además de ser una continuación de “Hatred's Rise” perteneciente a su disco “Demonic”, de 1997.

Finalmente cierran con “Last Stand For Independence”, otro tema made in TESTAMENT que entremezcla los clásicos grooves de guitarra con las excelentes líneas vocales de Chuck Billy, sumándole, por si esto fuera poco, la maestría de Gene Hoglan a las baquetas, con una ejecución tan acertada al alcance de muy pocos bateristas. Además de esto, la banda ha incluido tres versiones clásicas de grupos como QUEEN, SCORPIONS o IRON MAIDEN, aunque no serán analizadas aquí ya que veo preferible ceñirme al material propiamente creado por los californianos.

TESTAMENT nunca fallan, y lo han vuelto a demostrar con “Dark Roots Of Earth”, un trabajo redondo, en el que han conseguido juntar su estilo más clásico con la mayor agresividad, técnica y personalidad que adquirieron con el tiempo. Sin duda uno de los discos del año!



Componentes:

Chuck Billy - Voces

Alex Skolnick - Guitarras

Eric Peterson - Guitarras

Greg Christian - Bajo

Gene Hoglan - Batería



Tracklist:

01. Rise Up

02. Native Blood

03. Dark Roots Of Earth

04. True American Hate

05. A Day In The Death

06. Cold Embrace

07. Man Kills Mankind

08. Throne Of Thorns

09. Last Stand For Independence



Web oficial: http://testamentlegions.com/


Autor: Mikel Yarza

miércoles, 15 de agosto de 2012

WACKEN OPEN AIR – 2012 – 2/4 de agosto

Tras haber conseguido las entradas realmente sobre la bocina, poco antes de que la organización anunciara el Sold Out, esta vez a finales de noviembre, fecha record en la historia del festival, y todo un año de espera, llegó agosto y de su mano la hora de acudir a Wacken Open Air, el mayor festival de metal a nivel mundial por excelencia. Acudía por segundo año consecutivo, y esta vez la cosa no podía empezar mejor. En vez de hacer todo el recorrido de trenes, buses... que nos marcamos el año pasado, decidimos coger un taxi para llegar antes y comenzar con la fiesta, la cual empezó antes de lo previsto cuando conocimos a dos suizos con los que compartimos transporte, impresiones musicales, muchas cervezas y un exquisito whisky escocés que dejó perjudicado a más de uno para el día siguiente. Pero es que llegar a la entrada del festival y encontrarte con metalheads que han venido al mismo lugar que tú por la misma razón desde tan diversas partes del planeta no tiene precio. También a diferencia de la edición pasada, esta vez decidimos viajar con un día de antelación para poder estar allí el miércoles al completo y presenciar el Metal Battle, la inigualable oportunidad para bandas de todo el mundo de concursar ante el público asistente y optar al reconocimiento mundial.



MIÉRCOLES, 1


Todavía no habíamos entrado al recinto del festival, asique recién despertados, fuimos a familiarizarnos con el mismo y con las novedades respecto al año pasado. Generalmente todos los escenarios estaban ubicados de la misma manera, exceptuando un gran cambio: este año el Wet Stage no sería una carpa individual pegada a los escenarios principales, sino que se ubicaría en el Bullhead City Tent, carpa ampliada considerablemente y que ahora acogía dos escenarios en su interior, el Wet Stage y el Headbangers Stage. Al ser mucho mayor que la del año pasado también se podía gozar de una extensa zona de hierba para poder descansar mientras veías algún concierto, y aunque tuviera dos columnas enfrente de ambos escenarios, por lo menos no había ninguna pasarela como la de anteriores ediciones, que impedía los grandes pogos. Otra de las novedades fue la inclusión de duchas dentro de los escenarios principales, las cuales fueron muy frecuentadas por razones que explicaré posteriormente... Para el que no conozca el festival, podríamos equipararlo a un parque de atracciones, ya que todo está pensado para el fan por encima de cualquier otra cosa, por lo que en ningún momento te faltará ni comida ni bebida ni... nada. Las zonas de merchandising son también muy amplias y además existen zonas para cargar móviles, y otras mil cosas que te servirán de verdad o como simple curiosidad, pero que es mejor que veas con tus propios ojos, porque realmente, merece la pena acudir a Wacken por lo menos una vez en la vida. Tras dar una breve vuelta por la zona de merchandising y localizar las tiendas interesantes a las que volveríamos más de una vez a lo largo del evento, nos dirigimos al Bullhead City Tent, para presenciar alguna de las bandas de Metal Battle que estaría actuando en aquel momento. Casualmente, llegamos cuando actuaba la excepción, la única banda que a horas tempraneras no era concursante y calentó el ambiente con versiones míticas como “Detroit Rock City” de Kiss, “Into The Pit” de Testament o “Eraser” de Hypocrisy. Tras ver esto y con el excelente tiempo que hacía, decidimos que había que aprovechar e ir a la piscina del festival, ya que la previsión para los siguientes días no era muy esperanzadora. Apartada del centro del pueblo, en un ambiente tranquilo, la piscina es el lugar ideal para relajarte. Con esto renunciamos a ver muchas bandas del Metal Battle, y fuimos con la esperanza de ver a BLAAS OF GLORY, los cuales se suponían que actuaban en la piscina a las tres del mediodía, aunque allí no apareció nadie. Una pena porque esta banda es una charanga que interpreta las canciones más sonadas del metal y hubiera sido todo un espectáculo presenciarlos desde la piscina. Aun así, no faltó la fiesta, y los bañistas creamos de la nada varios wall of death y circle pits en el agua, lo cual fue realmente divertido. Tras tomar la dura decisión de abandonar la piscina, ya que aquello era como una especie de paraíso en el que uno se quedaría todo el día tumbado en la hierba o en el agua, comencé mi frustrada búsqueda de la zona de acreditaciones, la cual no logré encontrar ni con las indicaciones de unos cuantos organizadores que andaban repartidos por la zona de las piscinas, los supermercados... por lo que tuve que abortar mi misión y volver al recinto a ver por fin a las bandas concursantes.


Hamferð fue el primer grupo que presencié. Venidos desde las Islas Feroe, practicaron un doom hipnótico, sonaron perfectos y aunque personalmente llegaron a aburrirme porque en aquel momento mi cuerpo pedía algo más de adrenalina, supieron realizar su show y se alzaron como campeones de la batalla de bandas. Para adrenalina y energía la que nos transmitieron los mexicanos Rain Shatter, que salieron a comerse el escenario desde el primer acorde, sin parar de saltar y moverse en todo el concierto, al igual que su entregado público, el mosh y la locura colectiva fueron cosa de segundos. La banda acertó en la combinación de la máxima brutalidad con otras partes más melódicas en las que el cantante se ponía a las teclas y se metieron al público de lleno en el bolsillo. También nos quedamos a ver el comienzo de los hindús Zygnema, pero su estilo excesivamente rítmico nos aburrió, por lo que decidimos volver al Wackinger Village para cenar y cervecear un buen rato. El Wackinger es la zona más vistosa de todo el festival, donde se realizan espectáculos de todo tipo, desde batallas de guerreros medievales hasta conciertos dentro de una barra que tiene forma de barco vikingo. Los puestos de comida de esta zona son además diferentes al resto y se centran en productos artesanales, y las extensas mesas donde la gran mayoría de los asistentes se sienta al menos una vez en todo el festival para beber y pasar un buen rato son ya legendarias. Pero el tiempo pasa volando, y casi sin darnos cuenta nos estábamos perdiendo nuevamente a unas cuantas bandas de la batalla, por lo que volvimos a la carpa para acudir al que sería el último concierto del día. Los irlandeses Warpath nos golpearon en toda la cara desde el inicio con su brutal death metal, ya habían comenzado para cuando llegamos y pudimos presenciar a la banda dejándose la piel sobre las tablas, con la atronadora presencia de su fornido vocalista, que invocaba a moshear al público, aunque para entonces el Wet Stage ya se había convertido en un territorio excesivamente fangoso por el que prácticamente ni se podía caminar. Afortunadamente, esto no nos impidió gozar del ejercicio de brutalidad de la banda, que a gusto personal, fue la mejor de las que vi del Metal Battle.


JUEVES, 2


Y por fin llegó el jueves, día que oficialmente daba comienzo el festival, el tan llamado “A Night To Remember”, aunque personalmente discrepo en que esta edición hiciera justicia a su nombre viendo las bandas que actuarían en la velada, y más aún comparándolas con anteriores ediciones, aunque vayamos al grano. La jornada matinal estuvo exenta de toda música ya que la empleé para reunirme con otro servidor y acudir por fin a la zona de las acreditaciones, cómo no, después de perdernos en el camino y dar unas cuantas vueltas de más debido a la escasa señalización para llegar a dicha ubicación. Para cuando obtuvimos nuestros pases y volvimos al recinto ya era hora de almorzar, por lo que el primer concierto que presencié ese día no llegó hasta las tres de la tarde en el Wet Stage de la mano de los japoneses “Hone Your Sense”, grupo de death metal con toques de metalcore que podía presumir de una imponente base rítmica gracias al excelente trabajo de su baterista. Buena puesta en escena y buena respuesta del público. Seguidamente actuaron “The Falling” desde China, los cuales ahondaron en los ritmos de metalcore y los frecuentes breakdowns que respaldaban casi todas las canciones. Aunque salieron a tope, no encandilaron igual que los japoneses y con la banda terminando su set me dirigí a los escenarios principales para conocer la zona de prensa poco antes de que Sepultura comenzara con su show. Por razones que contaré más adelante, esa fue la única vez que pisé la zona de prensa en todo el fin de semana, lugar acomodado para las personas de todo el mundo que vienen a cubrir el evento y que disponen de zonas para cargar el móvil, Internet, duchas de cabina individual (y calientes) y baños sin tener que esperar las largas colas que se producían en los del resto del recinto. Si a esto le añadimos que por allí solían pasarse prácticamente todos los artistas que actuaban en el festival (cuando entré Saxon estaban dando la rueda prensa previa a su asalto al escenario) parecía ser una zona a frecuentar en repetidas ocasiones, aunque preferí presenciar el máximo de actuaciones posibles.


SEPULTURA fue la única banda de la edición anterior que repitió, aunque esta vez su show sería diferente por la inclusión en escena de Les Tambours Du Bronx, grupo de percusión de 17 personas que marcó el set de la banda, enfocándolo exclusivamente a su etapa más tribal, del “Chaos A.D.” hacia adelante. Los percusionistas hicieron una breve intro sin la banda, y cuando el cuarteto salió al frente abrieron fuego con “Refuse Resist”, que provocó los primeros pogos, aunque generalmente el ritmo y el estilo del concierto no fueron para tal. Interpretaron canciones muy recientes de la banda, que cuadraban realmente bien con la actuación conjunta del grupo de percusión, de los cuales también interpretaron unos temas originales, además de tirar de clásicos como “Territory” o “Roots Bloody Roots” para cerrar la actuación. Es cuestión de gustos, pero personalmente prefiero su etapa old school y el concierto llegó a aburrirme, no estuvo a la altura de la descarga que realizaron el año pasado.


Después de la cena, nos dirigimos al Wet Stage, donde los taiwaneses CHTHONIC llevaban actuando ya un buen rato ante un público muy metido en el concierto. La banda se basó en su death melódico con toques sinfónicos (las teclas y un particular violín ejecutado por el cantante) obteniendo una más que interesante propuesta. No les conocía pero en el poco tiempo que les vi me convencieron totalmente.


Y vuelta a los escenarios principales para ver a otra de las bandas “gordas”. Aunque todavía ibamos en camino, SAXON ya atronaba el Black Stage con “Hammer Of The Gods” que seguida de “Power And The Glory”, “Never Surrender” o “Dogs Of War” puso a todo el público a cantar. Los británicos son perros viejos, y conocen de sobra su mejor fórmula para los directos, por lo que fueron a piñón fijo, lineales y sin desviarse, cántico tras cántico por lo que después de escuchar “Crusader”, “Rock The Nations” y “Wheels Of Steel”, decidimos finalizar el concierto por nuestra parte y volver a la gran carpa para presenciar el final de la actuación de UNEARTH. No pude ver más que dos canciones, aunque fueron suficientes para poder afirmar que su metalcore fue lo que más contundente sonó en todo el jueves, realmente apoteósico.


No tenía ninguna intención de ver a VOLBEAT, aunque me convencieron para ir a ver un par de temas, los cuales fueron más que suficientes para reafirmarme y volver al camping a descansar. Sinceramente, no logro entender como una banda así puede encabezar el mayor festival de metal del mundo, es verdad que al final el nivel de popularidad y éxito va en acorde a tus ventas, pero musicalmente no llegan ni a la suela del zapato de muchos grupos con los que compartían cartel... Lamentable.


VIERNES, 3


En cuanto a la música se refiere, el viernes prometía mucho más de lo vivido hasta ahora, por lo que nuestra aventura comenzó a horas tempranas. Tras echar un vistazo a Endstille en el Black Stage, a los cuales no aguantamos casi ni un tema por el pésimo sonido, fuimos ansiosos al Wet Stage para ver a una de las bandas que más ganas tenía de presenciar de todo el festival. El momento en que WARBRINGER salió a escena me impactó bastante, ya que ni Andy Laux ni el supuestamente nuevo guitarrista se encontraban allí, siendo su puesto cubierto por el bajista de Suicidal Angels, realmente extraño, ya que ni la banda misma ha informado en ningún lado de estos cambios ni las razones. Aun así, los chicos de California tienen bajo el brazo un pedazo tercer álbum con el que han conseguido dar el salto definitivo y que con el tiempo será visto como uno de los trabajos que marcó el devenir de la banda, aunque es probable que todavía no haya alcanzado la popularidad de sus temas clásicos, por lo que solamente la inicial “Living Weapon” y “Wake Up Destroy” fueron las que sonaron de “Worlds Torn Asunder”. El público estaba con muchas ganas de moshear, y comandadas por su excelente frontman John Kevill, “Shoot To Kill”, “Living In A Whirlwind”, “Total War” o “Severed Reality” fueron un ataque brutal de thrash a la vieja usanza. Como siempre “Combat Shock” cerró el concierto, el cual se hizo muy corto y nos dejó a todos con la miel en los labios.


Aunque habíamos presenciado un único concierto, llegaba la hora de comer y descansar, ya que cuando comenzara con el resto de shows previstos para aquel día eso iba a ser un no parar. THE BLACK DAHLIA MURDER era nuestra próxima gran cita, aunque acudimos con antelación a la carpa y pudimos ver el final del concierto de Darkest Hour, que al igual que lo hizo Unearth la noche pasada, ofrecieron un concierto perfectamente sonorizado y brutalmente exquisito. Después de esta grata sorpresa, por fin, Trevor y compañía saltaron a escena y en cuestión de segundos pusieron el Headbanger Stage patas arriba. “A Shrine To Madness” fue la primera en sonar, aunque no nos dejaron ni respirar y “Moonlight Equilibrium” desató definitivamente la locura en las primeras filas. Personalmente, no conozco a la banda a fondo, y en apenas unos minutos, OVERKILL daría comienzo a su show en el Black Stage, lo cual no me quería perder por nada del mundo, por lo que estuve bastante pendiente de la hora y del exterior del recinto, el cual desgraciadamente, comenzó a tomar la forma del brutal lodazal en que se convertiría en cuestión de minutos y que dejaría perjudicado al festival para el resto del fin de semana. Por tanto, después de degustar un par de temas más del quinteto estadounidense, emprendí mi camino hacia los escenarios principales. Para cuando salí de la carpa, casi había dejado de llover, pero lo que antes era una gran extensión de hierba se había convertido ahora en barro y más barro. Uno debía hacer acrobacias y andarse con mucho ojo para no resbalar y embarrarse hasta las trancas.


Todavía estaba en camino cuando empezó a sonar “Come And Get It” de su flamante The Electric Age, y aceleré el paso para llegar lo antes posible al concierto. La entrada a los escenarios principales ya se había convertido en un lugar profundamente fangoso e inundado, en el cual debías hundir la pierna entera para avanzar en tu camino. Debido al mal tiempo, los espectadores del concierto también fueron a menos y llegar a las primeras filas no provocó problema alguno. Paradójicamente, los problemas vinieron de aquellos ubicados en las primeras filas, que mientras realizaban los habituales mosh en aquel inhóspito terreno, no pensaron en la gente que tenían alrededor y que quería disfrutar del concierto de otra manera y comenzaron a arrojar camisetas y todo tipo de objetos embarrados al aire. Yo mismo me metí en el pit, pero una cosa es meterte en el pit y otra ir a fastidiar al que está tranquilo... No obstante, esto no fue problema para gozar de la inmensa actuación que se marcaron Bobby Biltz y compañía. La banda hizo un repaso a toda su carrera, interpretando las más recientes “Bring Me The Night”, “Electric Rattlesnake” o “Ironbound” al igual que clásicos como “Rotten To The Core”, “Elimination”, “Wrecking Crew” o “In Union We Stand”. El final con “Fuck You” fue el resumen de su actitud sobre el escenario, sus canciones de hoy y ayer y la reafirmación de que son y serán siempre grandes entre los más grandes.


A la conclusión del concierto los lavabos fueron nuestro inevitable paradero, ya que estabamos repletos de barro, y aunque los pantalones y el calzado no tuvieran arreglo había que mantener un mínimo de higiene. Nuestra siguiente parada era nuevamente el Wet Stage, en el que nos esperaban los maestros del death metal DECAPITATED. Desde la trágica muerte de Vitek, suceso que además provocó la salida de la banda de varios pesos pesados, estuvieron parados un tiempo, pero han vuelto para qudarse con su atronador “Carnival Is Forever”. Aunque con Waclaw Kieltyka ahora como único miembro original y encargado de todas las guitarras, la banda no ha perdido en absoluto. Decidieron enfocar su set a temas más actuales, tocando apenas dos del Nihilty y ninguno del The Negation o de su debut Winds Of Creation. Esto, no obstante, es más que comprensible si tomamos en cuenta que la banda disponía de escasa media hora de show. Fue otro de los conciertos que nos dejó con ganas de más.


Y vuelta al escenario principal, por fin para quedarnos hasta el final de las actuaciones de ese día, y es que con el fangoso lodazal en que se había convertido aquello, daba mucha pereza estar cambiando de zona para los conciertos constantemente. Tenía dudas hasta el último momento de que banda ver, si Opeth o Coroner, los cuales coincidían y serían sendos conciertos de culto. En un principio opté por ver el comienzo de OPETH y decidir qué hacer según como iba el concierto, aunque después de la primera canción lo tuve claro y me quedé viendo la actuación entera de Mikael Akerfeldt y compañía. El espectáculo comenzó con “The Devil's Orchard” y “I Feel The Dark” de su último disco Heritage, que nada más lejos de los escépticos que critican cualquier cosa que no sea lo viejo o “lo que hacían antes” parte la pana con increíbles riffs, brillantes melodías tanto vocales como de guitarra y, en general, un exquisito conjunto, debido al pasmoso entendimiento de músicos tan talentosos que no nos lleva a otra cosa que la excelencia. La peor noticia fue nuevamente la lluvía que no cesó en los primeros temas y que en el tiempo que atronó Wacken hizo nuevos estragos en todo el recinto. Los cortes más death metaleros llegaron en la seguna mitad del concierto, con “Heir Apparent”, “Demon Of The Fall” o “The Grand Conjuration”, que fluyeron como si estuvieramos escuchando el disco de estudio, impecables. El punto álgido llegó en el cierre con “Deliverance”, una de las canciones más míticas de la banda, que puso el broche de oro a una de las mejores actuaciones de todo el fin de semana.


El concierto que iba a ofrecer DIMMU BORGIR no era uno más, ni mucho menos. La banda se presentaba en el Black Stage con toda una orquesta de respaldo que dio un toque único a su show. Ésta introducía frecuentemente las canciones para ejecutarlas después junto a la banda, lo cual les valió para aumentar la ambientación y la energía de la actuación. Comenzaron con “Born Treacherous” y “Gateways” de su último disco Abrahadabra, que interpretaron prácticamente al completo, y es que no tocaron otra cosa hasta “Vredesbyrd” décima canción del set. “The Serpentine Offering” o “Kings Of The Carnival Creation” sonaron brutales, mención especial al baterista, que aunque no sea parte de la banda, ya que ahora Shagrath, Galder y Silenoz son los únicos miembros oficiales, me dejó boquiabierto por su extremada perfección ejecutiva. “Mourning Palace” fue el punto final a otra de las grandes y más vistosas actuaciones del festival.


Y llegó la hora del “big act” de la noche. Empezaron a sonar las primeras notas de “Cloud Connected” e IN FLAMES ya estaban en el escenario. Como era el concierto más grande de la noche, la banda dispuso de un gran juego de luces y montaje escénico, pero su actuación dejó mucho que desear. Ya iba concienciado de lo que me encontraría en términos musicales, un repertorio centrado absolutamente en su material más actual, que no me hace mucha gracia, pero asistí al concierto con las expectativas de presenciar a un grupo realizando el concierto de su vida, comiéndose el escenario y dejando al público con la sensación de haber presenciado un señor conciertazo. Quizás mi visión fuera demasiado exigente, pero la realidad es que los suecos ofrecieron un show frío, con un Anders Fridén bastante fuera de combate, tanto vocalmente como en laboles de frontman, estuvo excesivamente charlatán, como si se sintiera más cómodo así que cantando, pero es que además las palabras que tuvo para el público fueron prácticamente calcadas en todas sus intervenciones, y no paró de sacar fotos, coger cámaras... Durante las canciones también se le vio distraído y nada motivado, igual que sus compañeros de grupo, que hicieron su labor como si se tratara de su ardua tarea rutinaria. Esto empañó totalmente todo lo que tuviera que ver con la música e IN FLAMES se convirtió a título personal en la mayor decepción de todo el festival.


SABADO, 4


Y tristemente llegó el último día del festival, aunque todavía quedaban por ver muchas grandes bandas, por lo que tras hacer las compras necesarias de comida, bebida... y algunos incluso calzado, ya que aunque toda la ropa usada quedaba inevitablemente embarrada, el calzado era el que sufría las más devastadoras consecuencias, nos dirigimos al True Metal Stage para presenciar a GAMMA RAY. Es curioso ver como ha decaído el power metal en general en los últimos años, ya que Kai Hansen y compañía llevan actuando cada tres años en Wacken desde 2003, donde saltaron al tablado de noche, pero desde cuando han ido bajando de status constantemente, hasta llegar a actuar a la una del mediodía como lo hacían en esta ocasión. Aunque el sonido no fue nada bueno, dejando mucho que desear especialmente al principio del concierto cuando entraban los solos y con ellos el volumen de las guitarras aumentaba desproporcionadamente, pudimos gozar desde el inicio de himnos como “Heaven Can Wait”, “Fight” o la inesperada “Ride The Sky”. De la mano sonaron “To The Metal” o la descomunal “Rebellion In Dreamland”, para concluir con “I Want Out” y “Send Me A Sign”que pusieron a todos los allí presentes a cantar felizmente.


Seguidamente el Black Stage se preparaba para uno de los conciertos más brutales del fin de semana. Aunque con una afluencia de público muy inferior a lo habitual debido al lamentable estado de todo el recinto, NAPALM DEATH salió con todo y arrasó con su bestial grindcore. “Suffer The Children”, “Sold Short” o “When All Is Said And Done” fueron algunas de las canciones que tocaron antes de moverme al Party Stage, único escenario que todavía no había pisado y en el que actuaban a la misma hora los padres del gothic metal, PARADISE LOST. Los ingleses hace tiempo que abandonaron el género para centrarse en temas más convencionales y que no tienen nada que ver con sus discos antiguos, y dos temas fueron suficientes para abandonar aquello y ver el final del concierto de Napalm Death por la pantalla antes de ir a comer y descansar para afrontar el tramo final y más intenso de todo el fin de semana.


SIX FEET UNDER, fue mi primera elección por la tarde, con canciones como “No Warning Shot” o “Victim Of The Paranoid” que calentaron motores e incitaron a hacer headbanging sin parar en ningún momento. El concierto llevó una tónica constante hasta la llegada al final de “Hammer Smashed Face” y la versión de la mítica “T.N.T.” de AC/DC, que motivaron hasta al que veía el show de brazos cruzados, lo que nos transmitió una amarga sensación de que la banda tuvo que tirar de estos temas para dejar un buen sabor de boca entre el público.


Acabé el concierto mirando de reojo al escenario de al lado, en el que montaban el equipo de TESTAMENT, otro de los conciertos que con más ganas esperaba, y con razón al ser un show muy exclusivo, de los primeros desde la publicación oficial de su nuevo trabajo Dark Roots Of Earth. Como era de esperar, arrancaron presentando nuevo material como “Rise Up”, “Native Blood” o “True American Hate” que sonaron brutales y muy conjuntos en el repertorio, siendo alternadas con temas clásicos como “The Preacher”, “Into The Pit”, “Over The Wall” o “Practice What You Preach”. El bestial Chuck Billy, los delicados solos de Alex Skolnick o el reloj humano Gene Hoglan hicieron que el concierto fuera de diez, gozando además de un sonido impecable, y es que todo hay que decirlo, fue de las pocas actuaciones en que se pudo escuchar la caja debidamente, y es que aunque los videos colgados en Internet no muestren lo que digo, el bombo sonaba por encima de cualquier otra cosa, comiéndose a las guitarras en ocasiones y también muchos ritmos de batería. Testament incluso tuvo un detalle para Randy Blythe, cantante de Lamb Of God, colgando dos largos telones en los que se podía leer FREE RANDY. Para el que no lo sepa, Randy llevaba preso en Praga más de un mes, acusado de asesinar a un fan durante un concierto, aunque afortunadamente y como pudimos confirmar más tarde, fue liberado ese mismo día.


Sin apenas tiempo ni para tomar un respiro, DARK FUNERAL atronaba en el Party Stage. En esos mismos momentos tocaba también Cradle Of Filth en el Black Stage, aunque después de todo lo que se ha dicho sobre Dani Filth y su banda en la actualidad, decidí apostar por lo seguro y disfrutar de un concierto de puro black metal, sin florituras. La inicial “Stigmata”, las despiadadas “An Apprentice Of Satan” y “Open The Gates” o la final “My Funeral” fueron los cortes más destacables, al igual que la sobresaliente actuación del baterista de la banda, que no paró de ejecutar ritmos extremadamente rápidos en todo el concierto.


Nuestra próxima cita nos llevaba al Bullhead City Tent. El fangoso camino hacia la carpa no incitaba absolutamente nada a moverse hasta allí, y a pesar de que Amon Amarth estaba a punto de empezar su show en el True Metal Stage, decidimos acudir al concierto de SYLOSIS, que disponían de escasa media hora, menos de la mitad del repertorio de los suecos. La banda tocó los mejores temas de sus dos álbumes de estudio como “Dystopia”, “Empyreal”, “Reflections Through Fire” o “After Lifeless Years”, además de un tema que estará en su inminente tercer álbum y en los que demostraron sus impresionantes dotes técnicos. Se hizo muy corto.


A lo lejos, mientras nos dirigíamos a los escenarios principales, podíamos escuchar “Fate Of Norns” y para cuando llegamos, AMON AMARTH ya interpretaban las primeras notas de “Pursuit Of Vikings” ante un público totalmente entregado. Una pena que el sonido no hiciera justicia a semejante grupo, las guitarras estuvieron muy bajas todo el rato y la banda en general sonó sin garra, aunque las canciones son las que son, e hicieron que los nórdicos salieran victoriosos de la batalla. Nos enteramos más tarde de que nos perdimos joyas como “Death In Fire”, “Live For The Kill” o “Cry Of The Black Birds” mientras veíamos a Sylosis, pero pudimos presenciar un gran final de concierto con “Twilight Of The Thunder God” y “Guardians Of Asgaard”.


Y llegó el momento más emblemático del festival, concierto que pasaría a la historia ya que sería su último “open air” en Alemania, su tierra natal, y además en Wacken; todo apuntaba a que el show de SCORPIONS aquella noche iba a ser realmente memorable. Detalle a anotar, la banda salió con un retraso de quince minutos a escena, algo muy sorprendente si tomamos en cuenta que en Wacken los horarios se cumplen a rajatabla... Además, la lluvia hizo nuevo acto de presencia, y no paró de jarrear hasta el final del concierto. Pero vamos a lo que vamos, las luces se apagaron y una pantalla detrás de la elevada batería comenzó a emitir el video introductorio que dio paso a “Sting In The Tail”, de su último disco y con el que comenzaron las explosiones, un sinfín de luces y en general un espectacular montaje escénico, además de la excelente interpretación de toda la banda. Estábamos presenciando uno de los conciertos que quedarían para la posterioridad del festival y de una de las bandas más grandes en la historia del rock. “The Zoo”, “Rhytm Of Love” o “Tease Me, Please Me” pusieron a cantar y saltar a todo el público, mientras la pantalla nos llevaba en una carretera que tenía como trayecto toda la carrera de la banda, mostrando las diferentes portadas de sus álbumes junto a unos cortos relacionados con la portada, la época o la canción correspondiente. Después de hacerlo con la del Blackout, el mismo Rudolf Schenker salió al escenario disfrazado como el personaje de la portada para interpretar la canción que da título al disco. El sonido fue perfecto durante todo el concierto, los componentes de la banda realizaron sus respectivos solos de batería, guitarra... este último por cierto, salió a mojarse a la lluvia, para ser uno más entre nosotros mientras soleaba. Del mismo modo merece especial mención Klaus Meine, que ha conservado su voz increíblemente bien y realizó un concierto perfecto. “Big City Nights” fue otra de las perlas de su actuación, aunque cuando la concluyeron y se despidieron de la audiencia, nadie se movió de su sitio, porque todos sabíamos lo que iba a venir a continuación. Volvieron con “Coming Home”, monumento de la banda y chicas ligeras de ropa inclusive, aunque el culmen estaba por llegar. Tras las palabras de Klaus Meine “what can I say after all these years, still loving you baby” comenzó la balada que ha traspasado los oídos del mundo entero y que arrancaría las lágrimas de más de uno entre el público, sin duda uno de los momentos más épicos de todo el festival. Inolvidable. Como no podía ser de otra manera, “Rock You Like A Hurricane” puso el punto final a la fabulosa actuación que quedará grabada en las mentes de todos los allí presentes.


Si no fuera por la seguridad que tenía de la brutal dimensión que iba a adquirir el concierto de MACHINE HEAD, en aquel momento se acababa el Wacken para mí. Totalmente calado y sufriendo por el frío que se apoderaba del cuerpo, la actuación de los californianos se presentaba como única cura, por lo que no me quedó otra que comenzar a moverme y hacer headbanging, y madre mía si lo hicimos. El tanque comandado por Robb Flynn salió a matar desde el primer segundo, dándonos cuenta con las primeras notas de “I Am Hell” de la bestialidad sonora en que se iba a convertir aquello. Habían pasado ya muchas grandes bandas por el festival, muchas actuaciones deslumbrantes y llenas de calidad, pero lo de MACHINE HEAD es otra historia. Actualmente, no creo que haya ninguna banda que pueda realizar una actuación tan brutal y aplastante como la de este cuarteto, donde los riffs y ritmos de batería más desenfrenados se alternan con solos altamente épicos, partes más pausadas y llenas de sentimiento o estribillos y fragmentos realmente pegadizos que confluyen en una propuesta muy original. La presencia escénica del cuarteto es abrumadora, y si además añadimos la calidad individual de cada miembro de la banda no podemos estar ante algo mejor. MACHINE FUCKING HEAD. Puede que a más de uno le parezca que no soy lo suficientemente objetivo al escribir todo esto, pero de verdad, esta banda me parece la mejor que puede haber ahora mismo sobre un escenario, capacitada sobradamente para encabezar cualquier festival del planeta, siempre ofreciendo además un concierto impecable en todos los aspectos, no como muchas de las grandes estrellas a las que estamos acostumbrados, que viven del pasado y que más pronto que tarde tendrán que dejarles el relevo a bandas como esta, que lleva en la escena ya asentada mucho tiempo. Trallazos como “Imperium”, “Locust” o “Aesthetics Of Hate”, antes de la cual escuchando además de boca del señor Flynn que Randy Blythe había sido liberado, para seguidamente dedicarle la canción, nos metieron de lleno en el torbellino. “Darkness Within” fue otro de los momentos mágicos de la velada, con banda y público unidos totalmente, es de resaltar la grandiosa labor de Robb Flynn como frontman, que además de ser un invocador nato de la locura colectiva, también elige muy bien las maneras y los momentos para transmitir a su gente los mensajes más profundos. “This Is The End” y “Halo” nos deleitaron a todos, y aunque Robb lo pedía constantemente y la gente se animó a hacerlos frecuentemente, los circle y mosh pit no fueron lo mismo en esta ocasión debido a las lamentables condiciones terrenales comentadas ya hasta la saciedad, y casi sin darnos cuenta “Davidian” puso la guinda al pastel. Nos hubiera gustado verlos mucho más tiempo, pero tendrá que ser en otra ocasión...


Mi intención al comienzo del día era ver a Watain en el Party Stage seguidamente, pero para entonces mi cuerpo no daba para más, y todavía sin cenar, me dispuse a llenar el estomago mientras veía desde la lejanía el concierto de MINISTRY. Con lo poco que escuché a esta banda antes del festival tuve claro que no los iba a ver en directo, pero mira como son las cosas, al final acabé viéndolos y me impresionaron gratamente. Eso sí, al verlos más cerca de la barra que del escenario, estuve pendiente de las pantallas que emitían imágenes acordes a las letras de sus canciones y se centraban en la crítica a los Estados Unidos en su totalidad, por lo que la música se convirtió en el perfecto acompañante del espectáculo audiovisual en vez del protagonista principal del show. Aun así, ya encaminados al final del concierto, mi cuerpo se rindió, decidiendo poner fin a W.O.A. 2012. Desde la tienda de campaña escuché prácticamente el concierto entero de EDGUY, la banda sorpresa del evento y que aunque me hubiera gustado verlos, sé que no los hubiera disfrutado con tanto cansancio acumulado.


Tendrían que pasar unos cuantos días para asimilar todas las actuaciones y vivencias que tuvimos en el festival, pero, y muy a pesar de los estragos que causó la lluvia, el balance fue totalmente positivo. Puede que la organización tenga que plantear alguna alternativa para frenar las posibles consecuencias de la madre naturaleza en el recinto, aunque personalmente me parece algo inevitable o muy difícil de arreglar siendo aquello una extensa zona de hierba. El barrizal provocó estragos en la zona de acampada, en frente de los escenarios, en las zonas de duchas y baños... prácticamente en cada esquina del festival, pero la música y la fiesta se impusieron por encima de las desgracias, y lograron que los 75.000 metalheads que acudieron a Wacken (exceptuando la persona fallecida, noticia realmente triste) volvieran a casa con una sonrisa de oreja a oreja y con una infinidad de momentos para el recuerdo. Hasta el año que viene Wacken ¡¡RAIN OR SHINE!!

Autor: Mikel Yarza