domingo, 14 de agosto de 2011

WACKEN OPEN AIR – 2011 – 4/6 de agosto



Desde que descubrí lo que era el heavy metal llevaba soñando con un día: el día que asistiera al Wacken. El evento de metal más prestigioso en el mundo sin duda, y por derecho propio. Nuestro viaje fue algo ajetreado, ya que yo y mis otros tres colegas, éramos primerizos en el festival y tuvimos que coger varios trenes y autobuses en Hamburgo, además del vuelo que nos llevó a dicha ciudad.

Llegamos el miércoles a la noche, y como ya es habitual, la mayoría de la gente ya había acampado allí desde el día anterior, ya que el miércoles durante todo el día actuaban los diferentes representantes de cada país del Metal Battle, concurso que da opción a los grupos de darse a conocer delante de la siempre entregada audiencia del Wacken. El ganador del Metal Battle suele ser premiado con la grabación de un disco y una gira europea además de una actuación en el cartel oficial del W.O.A. del siguiente año. Como he dicho ya era de noche y dimos una breve vuelta para familiarizarnos con el recinto y ubicar los escenarios y las diferentes zonas de actuaciones para el día siguiente. La verdad que es impresionante ver brillar el logo oficial del Wacken, te das cuenta de que estás en el tan soñado paraíso del metal. Y es que en Wacken no puedes aburrirte. Tienes de todo y de todo tipo. Desde conciertos hasta luchas vikingas y boxeadores, pasando por una piscina donde una banda con trompetas y percusión toca los himnos más sonados del metal delante de los bañistas heavys. Del mismo modo, los puestos de comida y bebida son muy extensos y no tienes que esperar nada para comprar tu comida favorita. Los sitios donde más colas se producen, y con razón, son en los puestos de merchandising oficial del Wacken. Aquí acuden los casi 90.000 metalheads del festival en busca de una camiseta, una bandera o algo que les sirva de recuerdo de tan inolvidable experiencia.

JUEVES, 4

Dirigiéndonos ya a lo puramente musical, las primeras tres bandas que vi fueron participantes del Metal Battle, cada cual representando a su país, estos conciertos dieron lugar en el “Wet Stage”, un escenario menor, cubierto, en el que estabas realmente cerca de los músicos y se generaba un ambiente muy familiar. Los primeros fueron los portugueses SEVEN STITCHES que con su rápido thrash/death metal crearon los primeros moshpits e incluso un wall of death. La banda me sorprendió gratamente, su actitud en escena fue muy enérgica y salieron victoriosos del concierto. No puedo decir lo mismo de los británicos ACHREN los cuales hacían un death metal asemejado al de la vieja escuela, pero era demasiado lento, y su puesta en escena no era tan alentadora como la de los portugueses. Sin ver todo el concierto, me fui a dar una vuelta. La última banda que vi en el “Wet Stage” fue el quinteto español EXQUISITE PUS. Había asistido a ver a las bandas de Metal Battle con especial expectación por estos últimos y la verdad que su concierto fue una auténtica pasada. La banda estaba totalmente entregada a su abundante público venido desde diferentes partes del país y la respuesta del resto de los allí presentes fue también excelente. Un show aplastante.

Los conciertos esperados del día, aun así, eran otros. El “Main Stage” y el “True Metal Stage” abrían sus puertas para tres actuaciones de tres bandas de gran prestigio como lo son Helloween, Blind Guardian y Ozzy Osbourne. En ese orden concurrieron los shows, comenzando con unos correctos HELLOWEEN, aunque muy lejos de su potencial máximo, los años dorados de la banda ya quedan muy atrás y así lo demostró el setlist interpretado esa tarde, basado completamente en los dos álbumes de “Keeper Of The Seven Keys” excepto la primera canción “Are You Metal” y “Where The Sinners Go”, las dos de su último trabajo.

BLIND GUARDIAN es otra historia totalmente diferente. Hicieron una entrada triunfal con “Sacred Worlds” de su último disco y el ambiente fue a más cuando la conexión “banda-fans” se hizo uno con los siguientes dos clásicos: nada más y nada menos que “Welcome To Dying” y “Nightfall”. El concierto fue básicamente un repaso a sus clásicos como lo son “Traveler In Time”, “Immaginations From The Other Side”, “Lord Of The Rings” o “Valhalla”. Incluso “Tanelorn (Into The Void)”, del último álbum se ha convertido ya casi en un clásico, el estribillo fue coreado por todo lo alto. El punto álgido del concierto llegó aun así con “The Bard´s Song” y con el cierre como no podía ser de otra manera con “Mirror Mirror”.

El último en subir al tablado esa noche era un hito del heavy metal: OZZY OSBOURNE. El mítico cantante, se arropa ahora en escena con tres pedazos de músicos como lo son Rob “Blasko” al bajo, Tommy Clufetos a las baquetas y el inmenso Gus G. a la guitarra. Como las dos anteriores bandas, Ozzy y los suyos también hicieron un “breve” repaso a su historia (se suponía que tocarían 1h 30mins y apenas tocaron 1h y 10 mins). I Don’t Know abrió fuego seguida de Suicide Solution a la vez que el público estallaba de júbilo. En esta última Ozzy se permitió coger una mangera y echar espuma a sus fans que se encontraban en las primeras filas. “Mr Crowley” fue la canción que más me gusto de toda la noche, en la cual Gus G. se salió bordando el solo del irrepetible Randy Rhoads. Sin duda un momento digno de recuerdo. Justo después sonó la primera de las cuatro versiones de Black Sabbath que sonarían esa noche. “War Pigs” fue recibida entre gritos y sin descansó alguno, la ataron a la grandiosa “Bark At The Moon”. “Road To Nowhere”, “Shot In The Dark”, I Don’t Wanna Change The World”… sonaron increíbles, al igual que las versiones de “Rat Salad” o “Iron Man”. Ozzy se nos despedía con “Crazy Train”. Pero nadie se movía de su sitio, ya que todos sabíamos que todavía quedaba al menos una más. Como era de esperar, la banda volvió y cerró el concierto con “Mamma I’m Coming Home” y la eterna “Paranoid”. Es verdad que Ozzy no fue brillante vocalmente pero fue más que emotivo rememorar todos esos clásicos del heavy metal en un directo. De esta manera acabó para mí el primer día del festival. Y es que el día siguiente iba a ser mucho más intenso.

VIERNES, 5

El viernes los conciertos en los escenarios principales comenzaban a las 12h del mediodía. En el resto de los escenarios también había conciertos pero los escenarios principales eran donde actuaban las bandas “gordas” asique no nos movimos de allí en todo el día. Los conciertos iban turnándose con un descanso de 15 minutos entre cada uno entre el “Black Stage” y el “True Metal Stage” pero a la vez que en el “Black Stage” otra banda tocaba en el “Party Stage” siempre, un escenario un poco más apartado, pero que era muy semejante a los principales. A las 12h, por lo tanto, decidí asistir al “Black Stage” para ver a ENSIFERIUM. Su folk metal es de agrado de mucha gente, y aun siendo el primer concierto del día muchos fans estaban ya presentes allí, aunque personalmente, no me gustaron y decidí ir al “Party Stage” donde estaba actuando PRIMAL FEAR. El quinteto germano me gusta más pero no estuvieron a la altura. Ofrecieron un concierto correcto pero frío, debido también al poco entusiasmo que mostró la gente hacia ellos. Para cuando la cosa empezó a animarse el show había concluido.

Los siguientes en tocar eran SUICIDAL TENDENCIES. En este concierto tenía pensado acudir directamente al “Black Stage” para poder ver de cerca a Morbid Angel, que eran los siguientes en actuar. Pero al final me acerqué y vi prácticamente el show de los angelinos al completo. La verdad que no puedo opinar acerca del set de la banda ya que no los sigo. Hicieron un show intenso, pero su estilo sigue sin convencerme.

MORBID ANGEL sí que convencieron, y de qué manera. Los padres del death metal clásico hicieron lo que mejor saben hacer: una hora de descarga de death metal clásico. Desde el comienzo con “Immortal Rates” hasta el final con “God Of Emptyness” la banda repasó sus clásicos y presentó algunos de los temas de su nuevo trabajo que merecen la pena y funcionan verdaderamente bien en directo, mención especial a “I Am Morbid”.

Seguidamente tocaban SODOM. Y esto sí que fue la explosión total. Se dice que los alemanes se suelen crecer y mucho al tocar en Wacken, y si Blind Guardian ofrecieron un concierto espectacular el día anterior, Sodom no fueron menos. Se respiraban muchas ganas minutos antes del concierto, e impulsado además por la brutalidad de Morbid Angel, el concierto de este trío thrasher se convirtió en un mosh constante. Empezaron con la ya habitual “In War And Pieces”, pero sin duda los clásicos fueron los que despertaron más furor entre los fans. Si “Outbreak Of Evil”, “The Saw Is The Law” y “M-16” fueron memorables, todavía mejores fueron “Agent Orange” y “Remember The Fallen”.

Me perdí a As I Lay Dying ya que eran las cuatro de la tarde y todavía no había probado bocado ese día. Además por nada del mundo me quería perder a TRIVIUM, que eran los siguientes en actuar. Ese mismo día se publicaba oficialmente “In Waves”, el nuevo disco de la banda, y la expectación era máxima. En acorde, por lo tanto, a lo que se traen entre manos, los de Florida abrieron con su nueva intro y la canción que da título al álbum, a la cual le siguió una triunfal “A Gunshot To The Head Of Trepidation”. Temas clásicos como “Pull Harder”, “Down From The Sky” o “Throes Of Perdition” la cual utilizaron de cierre fueron los más destacados, pero el set se hizo corto (9 canciones), y más aun cuando de esas nueve, cuatro eran del nuevo disco. Se echaron de menos “Kirisute Gomen” o “Rain” entre otras.

Debido a la intensidad del concierto y a que mis piernas sentían un considerable cansancio, solo observé a la distancia, el final del concierto de Heaven Shall Burn, aunque fue una pena no verlos, ya que en el poco tiempo que los estuve viendo me gustaron mucho. Pero es que además después de los alemanes tocaba la banda estrella del día. JUDAS PRIEST están de despedida y su concierto era una cita obligada. El telón que decía “Epitaph” y cubría el escenario cayó instantáneamente y ahí estaban. Una de las bandas más legendarias e influyentes de todos los tiempos. Es triste, en parte, que justo para esta gira de despedida, KK Downing no esté presente en la banda para hacer justicia a lo que es y ver en acción a una de las duplas de guitarra más excepcionales de todos los tiempos pero no hay duda de que su sustituto Richie Faulkner cumple con creces tanto instrumentalmente como en presencia escénica. La fiesta comenzó con “Rapid Fire” e hicieron un set prácticamente calcado a lo que están haciendo en todos los conciertos de esta gira. La verdad que un set “difícil” con varias canciones rescatadas y que no son tan populares entre el personal como “Blood Red Skies”, “Starbreaker” o “Never Satisfied”. La banda fue a más en la segunda parte del concierto con cortes como “The Sentinel”, “Night Crawler”, “Breaking The Law (cantada íntegramente por el público)”, “Beyond The Realms Of Death” o la inigualable “Painikiller”. Así se despidieron de su gente, pero todos y cada uno de los allí presentes sabíamos que volverían y con cual. Todos esperábamos “Hell Bent For Leather”, pero fue “The Hellion” la que introdujo a “Electric Eye”, otro clásico que no podía faltar. Seguidamente, Rob Halford hizo acto de presencia con su Harley y dio comienzo, ahora sí, a “Hell Bent For Leather” y seguidamente “You Got Another Thing Coming”, la canción que cierra siempre sus conciertos. Así parecía concluir el show pero Scott Travis volvió a su tarima y con micro en mano dijo “¿Do you want one more song Wacken?” y cerraron con la festiva e inolvidable “Living After Midnight”. Triste me iba del recinto debido a la sensación de que aquella podía haber sido la última vez que veía a una de mis bandas favoritas, pero por otra parte, entendiéndolo, ya que el grupo no está como hace veinte años. No hay más que ver la voz de Halford, que aunque aguante se ve muy forzada y obligada en muchas partes a cambiar diversas armonías. Mejor retirarse ahora con dignidad y no más tarde cuando el prestigio de la banda decaiga más todavía.

Mi cuerpo pedía descanso, pero mi mente decía que no. Todavía quedaba un gran concierto por ver aquel día. Tryptikon actuaba en ese momento pero no me refiero a ellos. El doom de los suizos me aburrió y aunque sea una banda de gran calidad, no cuadraron a aquella hora entre esas dos bandas. Y es que después suyo actuaba AIRBOURNE. Los australianos tocaban por tercera vez en Wacken, y a diferencia de las anteriores ocasiones, esta vez lo hacían de noche. Esto les daba la oportunidad de valerse del juego de luces y otros detalles escénicos para mejorar su show. Y lo tienen merecido. Me habían comentado muchas cosas positivas acerca del directo del cuarteto, y contado al detalle lo que su frontman Joel O'Keeffe hacía con tal y cual pero no me era muy impresionante. Sin embargo, cuando los vi en persona... ¡ufff! ¡Menudo concierto más intenso! Comenzaron con “Raise The Flag” y aquello explotó. El show de Airbourne fue una absoluta fiesta de rock n roll. Ya le gustaría a los actuales AC/DC publicar un disco como cualquiera de los dos que poseen sus pupilos. La influencia de Angus y compañía es más que obvia en la música de estos jóvenes rockeros, pero precisamente, esa juventud, esa fuerza, frescura y rapidez que poseen sus canciones los convierten en un combo explosivo. El concierto, como no podía ser de otra manera, abarcó las canciones más destacadas de sus dos álbumes, de la misma manera que variados espectáculos de parte de O'Keeffe. Primero subió una torre gigantesca con su guitarra encima y al alcanzar el techo realizó un solo mientras hacía headbanging. Ya en el escenario de nuevo, cogió uno de los focos de iluminación y fue iluminando diversas zonas del público en busca de ánimo y finalmente abrió tres latas de cerveza con la cabeza y las arrojó al público. Mención especial, de igual manera, al resto de la banda, ya que a diferencia de AC/DC donde el peso escénico cae absolutamente en Angus y Brian, en Airbourne la banda al completo se movía constantemente de un lado hacía otro. Concierto estelar.

Apocalyptica cerraba el cartel de aquel día pero ya no podía más y fui a descansar.

SABADO, 6

Sabía que el sábado iba a ser el día más agotador de todos sin duda. El cansancio de los días anteriores ya se acumulaba en mí y la verdad es que no se descansa mucho durmiendo tres días seguidos en una tienda de campaña, y menos en Wacken, donde la fiesta no para ni un minuto los 4 días que dura el festival.

Al igual que el viernes, los escenarios principales abrían a las 12h y alternaban conciertos hasta la madrugada. Pero esta vez decidí asistir a otras zonas y ver diferentes conciertos. Acudí primero al Wet Stage donde actuaba una banda con chica al frente. Dos canciones fueron suficientes para que me fuera de allí. A la misma hora tocaba en el “Bullhead City Tent” GIRLSCHOOL; la mítica banda formada por cuatro mujeres al completo. Podríamos decir que estas chichas son Motörhead en femenino; el sonido y el estilo de las canciones se les parece mucho, aunque tiran más hacia el sonido rockero de siempre y no al tan metálico del trío británico. Mención especial a la vocalista de la banda, la cual cantaba de una manera muy masculina, de una manera muy rockera. Además, tocaba la guitarra. Aun así no vi el concierto al completo ya que también a esa hora actuaban en el “True Metal Stage” los glammers CRASHDIET los cuales vi a la distancia pero que me sorprendieron gratamente. Gran puesta en escena y canciones con gancho; estos suecos supieron emular perfectamente con sus canciones el sonido que crearon hace unas décadas bandas como Mötley Crüe o Kiss.

Y vuelta de nuevo al “Bullhead City Tent” a lo que tenía pinta de ser un concierto explosivo. Los clásicos thrashers ONSLAUGHT actuaban a una hora tempranera en una carpa cubierta de menor aforo, por lo que todo indicaba a que el “Bullhead City Tent” se iba a convertir en una olla ardiente de thrashers. El concierto empezó con “Killing Peace”, canción que da título a su anterior disco de 2007 y que provocó los primeros moshpits en la sala, los cuales perduraron hasta el final del concierto. Siendo Onslaught la banda que tocaba allí, podía haberse armado una mucho más gorda, pero una larga pasarela sobresalía del escenario. Sirvió para que Keeler se paseara mientras cantaba, pero también dividió al público en dos e impidió unos pits más grandes y algún que otro wall of death. El setlist fue bastante equilibrado, ya que tocaron algo de todos sus discos. Un concierto de puro thrash metal de la vieja escuela, de los que no veía en mucho tiempo. Cerró el concierto la conocida “Bomber” de Motörhead, la cual versionan en su último disco “Sounds Of Violence” y que fue cantada por todos los allí presentes. Como última nota, mencionar que las canciones del último disco suenan brutales en directo.

Después de comer algo, acudí nuevamente a los escenarios principales, donde daba comienzo el show de MAYHEM. El black metal es otro de los estilos que apenas he explorado, pero asistí al concierto ya que esta es una de las bandas pioneras del estilo y pensé que merecería la pena verlos en acción. No puedo por lo tanto analizar ni opinar acerca de su actuación, pero me quedé con la calidad de los músicos que actuaban en el escenario. La verdad que tocaron cosas muy complicadas.

ICED EARTH eran los siguientes en salir a escena, en lo que iba a ser un concierto muy especial para el vocalista Matt Barlow, el cual actuaba por última vez con la banda.

Me llevé una gran decepción ya que no tocaron ni una sola canción de su disco “Night Of The Stormrider”, pero revivieron canciones como “I Died For You”, “The Hunter”, “Prophecy” entre otras. Emotiva despedida con la canción “Iced Earth” y con la ovación a Matt Barlow al final.

Sin descanso alguno comenzaba en el escenario de al lado SEPULTURA. Este concierto tenía pinta de que iba a ser parecido al de Sodom en cuanto al movimiento en el público, y así lo fue. Arrancaron después de una breve intro con “Arise”, toda una bomba para comenzar. Desató la locura colectiva creando pits en un lado y en otro. La motivación fue a más todavía cuando empezaron con la que es la canción más popular de la banda. “Refuse Resist” sonó brutal, al igual que “Troops Of Doom”, “Territory” o “Roots Bloody Roots”. Me imaginé a Max junto a la vieja formación encima del escenario en el momento que tocaron “Inner Self”, que aunque la bordaron, no llega a ser lo mismo. Personalmente el actual cantante de Sepultura y la banda en sí no me convencen, ya que son una mera sombra de lo que fueron los brasileños, pero esto no quita mérito al pedazo de concierto que se marcaron.

Avantasia fue la banda “gorda” que sacrifiqué ese día para cenar y descansar, ya que después venían seguidos Kreator, Motörhead y Children Of Bodom.

El concierto de KREATOR fue el mayor caos que he visto en un concierto sin duda. El espectáculo comenzó y las hordas del caos empezaron a sacudir sus melenas al son de las extremadamente rápidas canciones de los germanos. Mille Petrozza fue el comandante que guiaba a su inmensa tropa durante todo el concierto, ya que todos obedecíamos como ovejas lo que él ordenaba. Mille mandó formar un inmenso circle pit constante durante casi todo el conciertom, y varios wall of death y moshpits hicieron que mi cuerpo quedara destrozado a la conclusión del concierto. En cuanto al setlist y la banda, se dejaron en el tintero bestias como “Love Us Or Hate Us”, “Impossible Brutality” o “Toxic Trace”, además de no interpretar ninguna canción de su grandísimo álbum “Coma Of Souls”. Esto no evitó aun así que el repertorio fuera grandioso, y “Pleasure To Kill”, “Enemy Of God” o “Violent Revolution” entre otras, hicieron las delicias del personal. “Tormentor” puso el broche de oro a un concierto de los que hacen época.

El show de MOTÖRHEAD fue probablemente el que más gente congregó de entre todos los conciertos del festival. Además del “True Metal Stage”, que era donde actuaba la banda, el “Black Stage” que se encontraba al lado estaba hasta arriba, como si otra banda fuera a actuar en esa misma hora allí. Los británicos ofrecieron el mismo concierto de siempre, con un setlist sin variaciones y estudiado al detalle. Así sonaron pues, “Iron Fist”, “Stay Clean”, “Metropolis”, “Rock Out”, “Going To Brazil” o “Bomber”. El final con “Ace Of Spades” y “Overkill” también era esperado, pero fue, también como siempre, el no va más.

Y cerraban el Wacken finalmente (en lo que a mi planning de conciertos se refiere) los fineses CHILDREN OF BODOM. Tenía muchas ganas de ver este concierto especialmente, ya que la información unánime que he recibido de gente asistente a sus shows de presentación de su último trabajo “Relentless Reckless Forever” ha sido la de una banda desganada encima del escenario, sin chispa alguna, como si estuvieran en la rutina del curro del día a día, sin ninguna ambición por comerse el mundo como lo parecían tener hace unos años. Y su actuación en Wacken no fue una excepción. Si sumamos además que con el comienzo del show empezó a jarrear el concierto fue frío en todos los sentidos. Las primeras canciones a excepción de “Bodom Beach Terror” fueron de su último álbum, y la verdad que sonaron bastante bien, pero la actitud del grupo incitaba únicamente a resignarse. Brillantes sonaron “In Your Face”, “Hate Me”, “Angels Don’t Kill” o “Follow The Reaper” en los que se animaron un poquillo más. Instrumentalmente cabe mencionar que son una banda deslumbrante, el trabajo de guitarras y teclados es exquisito y bordaron los solos y las partes más destacadas. La verdad que en ese aspecto fue todo una gozada, pero me fui con la pena de la pérdida de presencia en el escenario de la banda, de su falta de motivación en general. Quizás deberían darse un descanso y volver con las pilas bien cargadas para hacer conciertos más intensos y enérgicos.

Así concluyó W.O.A. 2011 para mí. Todavía nos quedaba el largo viaje de vuelta a casa entre trenes, autobuses, aviones… Pero fue una experiencia única que el año que viene repetiré sin duda!

Mikel Yarza

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